Hombre de la Luna
Había una vez un pequeño pueblo rodeado de un denso bosque, que siempre se había mantenido en calma y paz. Sin embargo, cuando la luna llena brillaba en lo alto del cielo, una extraña y espeluznante presencia parecía apoderarse del lugar.
Los aldeanos hablaban en susurros sobre la leyenda del "Hombre de la Luna". Decían que era un ser oscuro y misterioso que aparecía solo cuando la luna llena iluminaba la noche. Nadie sabía de dónde venía ni cuál era su propósito, pero todos coincidían en que debían mantenerse alejados de los bosques en esas noches terroríficas.
Una joven llamada Clara siempre había sido una alma curiosa. Estaba intrigada por la leyenda y, a pesar de las advertencias, decidió aventurarse en el bosque durante una luna llena. Llevaba una linterna y un corazón lleno de valentía, dispuesta a descubrir la verdad detrás de la leyenda.
A medida que se adentraba en la espesura del bosque, los árboles parecían alargar sus brazos retorcidos para atraparla. Los sonidos nocturnos eran inquietantes y le hacían sentir que estaba siendo observada. Pero Clara seguía avanzando, impulsada por la intriga y la emoción.
De repente, entre las sombras de los árboles, pudo distinguir una figura alta y esbelta, con ojos brillantes y amarillos. El "Hombre de la Luna" estaba frente a ella, y la miraba fijamente con una sonrisa siniestra.
Clara, paralizada por el miedo, apenas pudo articular palabra. Pero el ser habló con una voz profunda y escalofriante: "¿Por qué te aventuras en estos bosques, pequeña mortal?"
Temblorosa, Clara respondió: "Quiero saber la verdad detrás de la leyenda. ¿Quién eres y qué quieres?"
El "Hombre de la Luna" rió de manera tenebrosa y le reveló que él había sido un habitante del pueblo hace muchos años. Pero un hechizo oscuro lo había transformado en un ser que solo podía aparecer en las noches de luna llena.
"Solía ser como tú, una joven curiosa y valiente. Pero mi curiosidad me llevó a buscar poder en lugares prohibidos, y esto fue mi condena", susurró el ser.
Clara sintió lástima por él y decidió ayudarlo a romper el hechizo que lo atormentaba. Juntos buscaron una antigua biblioteca oculta en el corazón del bosque, donde encontraron un antiguo libro de hechizos.
Sin embargo, el libro advertía que liberar al "Hombre de la Luna" tenía un alto costo. Clara, en su determinación, estaba dispuesta a pagar cualquier precio para ayudar a aquel ser atormentado.
Realizaron el ritual y liberaron al "Hombre de la Luna", pero, al hacerlo, Clara sintió cómo parte de su alma se desvanecía. El ser recuperó su forma humana, pero ahora, Clara se había convertido en la nueva custodia de la leyenda, condenada a aparecer en las noches de luna llena.
El pueblo se mantuvo en calma durante mucho tiempo después de ese día, pero los aldeanos comenzaron a notar a una misteriosa figura que deambulaba por los bosques en las noches de luna llena, con ojos brillantes y amarillos. Y aquellos que se aventuraban demasiado cerca del bosque decían escuchar una voz suave y triste que les advertía que se mantuvieran alejados.
Desde entonces, la leyenda del "Hombre de la Luna" y la joven que compartía su destino se extendió por generaciones, y el pueblo aprendió la lección de que la curiosidad, aunque valiente, puede desencadenar consecuencias inesperadas y aterradoras.
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